En las aulas de la Facultad de Ciencias Médicas de Sagua la Grande reina el talento. Para corroborarlo solo hay que visitar un clase de historia de cuba impartida por Gilma Torres Pérez, quien, a sus escasos 30 años, se desempeña como jefa del departamento de Historia y Filosofía.
«Realmente no tengo casi experiencia todavía porque apenas llevo una semana ocupando el cargo pero no creo que sea difícil. Un reto sí, porque los estándares son altos, trabajo con profesionales excelentísimas y continuar con la calidad con que lo hacía la anterior jefa es un desafío. Me ayuda que en el departamento la premisa es trabajar en equipo, mantener el rigor y la calidad de los procesos docentes . Ahora a la voz de la experiencia se suman los jóvenes».
¿Qué es para Gilma la superación?
«Para mí la superación lo es todo, vivimos en un mundo de constate cambio y es una necesidad mantenerse actualizado en las nuevas tendencias en los estudios pedagógicos, históricos y en el acontecer diario en este contexto tan complejo que nos ha tocado vivir tanto en el plano internacional como nacional. El perfeccionamiento del trabajo diario que realizamos es de vital importancia para motivar y para desarrollarnos nosotros mismos primeramente para luego lograrlo en los estudiantes. Los profesores tenemos una función primordial en la sociedad y sin superación no estamos preparados para transformar absolutamente nada y lo que queremos es transformar desde el pedacito que nos toca. ¿Cómo hacerlo? Logrando formar profesionales competentes, integrales, con calidad, con valores, como requiere nuestra sociedad. Más que por una necesidad laboral la superación para mi es de interés personal. Me gusta aprender ».
¿Has sentido alguna vez que tu condición de mujer y, a la vez, joven, te han limitado en el mundo de la investigación?
«No he sentido nunca que mi edad o mi condición de mujer me hayan limitado de alguna forma en el mundo de la investigación, por el contrario, siempre me han impulsado a continuar. Sí es verdad que en cuestión de divulgar los resultados de las investigaciones existen escasos espacio destinados solo a los jóvenes. Es cierto que asisten a los eventos los profesionales con una vasta experiencia científica, pero en estos espacios consultan a los jóvenes, escuchan sus criterios. No es un problema e nuestra cuba ser joven y ser mujer para desarrollarse profesionalmente».
Enfrentar un aula de estudiantes, en tiempos vertiginosos y convulsos, y enseñar Historia de Cuba es un reto mayúsculo. ¿Lo crees así?
«Enseñar historia hoy como cualquier asignatura afín, Económica Política, o Teoría Sociopolítica, es un reto enorme por la situación económica que atraviesa el país, por lo que se divulga en las redes sociales. Todo es cuestión de buscar estrategias, motivar a los jóvenes, y captar su atención, cuando se tiene argumentos, se les escucha y se les demuestra, no de manera impositiva, se cala profundo en los sentimientos. Es difícil pero es posible lograrlo».
La superación de esta profesional está avalada por la maestría en Estudios Interdisciplinarios sobre América Latina, el Caribe y Cuba, y, actualmente, cursa un doctorado en ciencias históricas.
Gilma todavía cree que la meta se desdibuja, no hay límites para aprender.
«He crecido muchísimo en todos los sentidos: conocimientos, habilidades, sobre todo comunicativas. Siempre fui muy calladita, todavía lo soy, pero dar clases me ha ayudado mucho. Faltar me falta muchísimo, hay mucho que aprender en la vida y profesionalmente, pero en sentido general sí puedo decir que me siento satisfecha. Me gustaría tener más tiempo para investigar, que fue para lo que me formé y lo que más me gusta. Lo hago pero de forma limitada. Por ahora enseñar me parece una importante labor y un tengo tiempo para investigar»
En el día de la mujer en la ciencia todo el reconocimiento para Gilma Torres Pérez, quien, en silencio, sin alardes de grandeza, pone en alto el nombre de Sagua la Grande en la ciencia, pone el alto a la mujer en el desarrollo científico del país.
