Hace algunos años, el eje central de las exploraciones arqueológicas de un grupo de Sagua la Grande que trabajó en la zona de Carahatas dio a conocer la ubicación de 13 sitios arqueológicos, asociados a 8 manantiales de agua que brotan entre los enclaves rurales de El Conde y San Ramón, cerca del poblado de Quemado de Güines, apropiados para el hábitat de las comunidades indígenas.
Según acotó el Doctor en Ciencias Históricas, Raúl Villavicencio Finalé, pudieran ser aldeas de un cacicazgo o provincia indígena mayor denominada “Sabaneque”, que comprendía como parte suya lo que es hoy Sagua la Grande y su jurisdicción según refirió el eminente historiador sagüero Antonio Manuel Alcover y Beltrán.

En la etapa inicial fueron descubiertas en las exploraciones, un total de 5 hachas petaloides, las que se corresponden con la superestructura de comunidades agrícolas, así como numerosas gubias, percutores, martillos y manos de mortero, fabricados a partir de conchas grandes que recolectaban del litoral costero.
En 1961, se reportó el hallazgo en el litoral de Carahatas, numerosos fragmentos de una canoa, que debió haber sido empleada por los aborígenes, de lo que se infiere que los habitantes practicaban la navegación.
Siempre en la búsqueda de nuevas evidencias arqueológicas como son palafitos, horcones y otras que corroboren la teoría de la posible existencia allí del poblado aborígen de “Carahate”
que dio hospitalidad a un grupo de europeos, participantes en la conquista de Cuba, según referencias en las” Crónicas de Indias”, del Padre Las Casas.
Los asentamientos reportados son superficiales, no hay riqueza arqueológica vertical, sino horizontal, lo que indica una estancia muy corta de los aborígenes en los mismos, como consecuencia de su despliegue desde el oriente cubano huyendo de los colonizadores españoles.