jueves, septiembre 12, 2024
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Filatelandia en Sagua

En tiempos vertiginosos en que la tecnología se impone con sus constantes avances es de suponer que a un lado queden recursos que se hayan visto reemplazados, tal es el caso de la comunicación vía correo postal.
Ya hasta los adultos se la ingenian para adueñarse de las nuevas facilidades que ofrecen la informática y las telecomunicaciones.Pero, a la par de las indiscutibles ventajas, se pierden costumbres con valores ancestrales en las culturas de los pueblos.
Un ejemplo claro de ello es la filatelia, con una rica tradición en Cuba, pero sobre todo en nuestra Sagua la Grande.
Y es que, vista de lejos, la filatelia es la mera recolección de sellos, pero un acercamiento, cambia radicalmente la concepción errada que la gran mayoría tiene con respecto al tema.
Quienes la aman cuentan que todo empieza por mero “embullo”, pero luego se vuelve afición. Primero se guían por la estética: los sellos más bonitos y llamativos son los más interesan, pero con el tiempo se aprende que los sellos cuentan una historia.
En la Sagua la Grande surgió desde la década de los 80 el Círculo de Filatelia “José Luis Robau” que, desde su nacimiento, se ha destacado en su accionar en Cuba, ha estado posicionado en los primeros lugares varios años consecutivos.
Las primeras ediciones del Boletín Filatelandia, órgano oficial del círculo filatélico sagüero, fundado el 14 de diciembre de 1986, una iniciativa bien recibida por filatélicos y no filatélicos que cada cuatro meses tenían en sus manos el acontecer del mundo de la filatelia contado desde la Villa del Undoso.
A través de Filatelandia se promovía el quehacer del círculo y se incitaba a captar más personas. Estaba diseñada para dar lugar a teorizar sobre temas determinados relacionados con la filatelia, a dar a conocer noticias con respecto al tema a nivel nacional y sobre todo en Sagua, ofrecía los nombres y dirección de los asociados para lograr el intercambio y hasta tenía lugar para el entretenimiento a través de crucigramas para los más jóvenes. Cada año la lista crecía y eso demostraba que se hacía un buen trabajo.
Al principio se hacían pocos ejemplares para repartir. Las impresoras dieron la posibilidad de hacer tiradas más largas y promocionar más y mejor el trabajo. Ya las últimas ediciones del boletín eran a color y presentaban un diseño más elaborado, pero la esencia siempre la misma, nunca ha cambió: mostró lo que es para sus amantes el país de la filatelia.
En 2010 salió por última vez el boletín Filatelandia, la disgregación de algunos miembros o, tal vez, la falta de coordinación hizo que los esfuerzos de unos pocos se vieran frustrados. Una vez más se detuvo, ya lo había hecho en el año 1987, pero se retomó en 2001. El lapso de tiempo que demoró en volver a publicarse sirvió para perfeccionar algunas cuestiones como cambios en el diseño, etc.
La filatelia es más que sellos. También se coleccionan cartas circuladas, que es lo que conocemos como cubiertas, enteros postales, cancelaciones especiales filatélicas y accesorios filatélicos. Las colecciones son razonadas, ordenadas, son un todo armónico. La filatelia no es coleccionar por coleccionar, sino que implica una vasta cultura.
Esperamos que esta nueva pausa sea para bien una vez más, pues Filatelandia es el signo de vida de la filatelia. Una tradición que tanta fuerza cobró en Sagua la Grande no debe sucumbir, porque en los tiempos que corren cobra más valor esta hermosa y ardua afición.

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