viernes, marzo 22, 2024
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¡Pida por esa boca, Chefarándula!

En buen cubano, aquí cuando hablamos de comida, lo primero que nos viene a la mente es un arroz congrí, masa de puerco frita y yuca con mojo. Y si la cosa es de ponernos exquisitos, entonces ahí comienzan las variantes de arroz frito, imperial, lasaña; pero todo muy elemental.

Y no es que a los cubanos no nos guste la cocina, al contrario, nos encanta y comer, más todavía. Pero Hablando en plata, la economía del cubano promedio, no da para más y hoy por hoy, ni para esto que describí.

¿Cómo entonces, mi querido y estimado colega ibérico, especialista del arte culinario, Miguel Ángel Jiménez, pretendes llevarnos a preparar en Chefarándula, “Mousse de Mamey y Maní con tempura de frutas” de aperitivo? Si aquí lo que menos necesitamos son recetas para abrir el apetito.

Por favor, centrémonos, no solo el amigo chef español, la producción del programa, la joven directora Yoe Pérez: la concepción es genial, pero se siente casi como una realidad alternativa del multiverso o una adaptación moderna de Contra el olvido.

En una entrevista, Chefarándula, como también se le conoce al chef en cuestión, este dijo que, la propuesta ahora llegaba con una estética más atractiva al televidente, manteniendo la idea de cocinar con ingredientes que podamos encontrar en los agromercados y productos nacionales.

Yo, desconozco los agros habaneros, pero los de Villa Clara, no sé, pero hace siglos que no veo una mandarina, como pidió el sommelier que preparó la sangría de vino tinto para acompañar el plato. Tampoco abundan mucho lo que es la cocoa y ni hablar del vino blanco. Ese, tiene que ser de frente y luchando con el MLC.

Ahora, la estética, sí, muy vintage, muy acogedor, muy en confianza y tratando de ser gracioso. Que sea simpático el chef, no lo discuto, él sonríe y lucha por la cercanía de unas relaciones amistosas que, no están todos los que son, ni son todos los que están.

La presentación del programa, se nutrió mucho de esos primeros planos de la novela brasileña Dulce Ambición, maravilloso. Pero, esos discos de vinilo en la pared y esos trajes de chef, hasta para los timbaleros que acompañan a los solistas, como dijera un gran sabio, no pegan ni con cola. Vaya, que ni a las invitadas, de esta ocasión en particular a la que me refiero, las actrices y presentadoras Yasbell Rodríguez y Yeni Soria.

Y el pollo del arroz con pollo, el guion. El programa gira entorno a una receta estrella que nos deja cada semana, “estrellados”, mirando con la boca abierta cómo se pican las carnes, se rompen huevos y se bate y se bate y se marina y se baña en salsa bechamel.

¿Qué abuelita cubana nos enseñó a hacer una salsa bechamel? Y ahí está, el espectador, ahogándose en su saliva, suspirando, tratando de no marearse con los discos y con cara de embeleso por la conversación insulsa y forzada del presentador y sus invitados. Cuando aparta la conversación banal e intenta hablar de proyectos futuros o algo por el estilo, corta frescamente aquello que se dice para invitarnos a la música o algún traguito inalcanzable.

Hablando en Plata, el programa Chefarándula, que transmite la televisión cubana, a mi juicio, es sensacionalista a rabiar. Pero también, es un espejo fiel de la sociedad de consumo que nos está invadiendo fuertemente por todas las esquinas, golfos, ensenadas y puertos de la isla. Es un síntoma con permiso para la difusión, por el que enfrentamos a la juventud de hoy y la tildamos de superficial. Y es, además, como un ejercicio de memoria para el cubano de a pie, o como un spoiler de la vida del Chef en su Valencia natal o de su experiencia laboral en nuestro país caribeño.

Y claro, cómo no va a prepararnos su mousse de frutas y no sé qué, si el hombre es chef ejecutivo del grupo Iberostar y también dejó su huella en las cocinas de los hoteles de la cadena Meliá Habana, Cayo Guillermo, Cayo Coco, en Cubanacán y Gran Caribe.

Y bueno, un detallito, fue quién cocinó para Barack Obama cuando estuvo en Cuba y para su majestad el Rey Emérito Juan Carlos Borbón y los actuales reyes de España Don Felipe VI y la Reina Leticia de Borbón. Aquí mencionemos igualmente a los Rolling Stone, La India, Antonio Orosco o Sigourmey Weaver, la doctora Grace en Avatar.

En Fin, que Chefarándula es un recordatorio semanal de las carencias del cubano, de las infinitas posibilidades que le están negadas, de la escasez de pensamientos de los que estudiaron para entretener y de la incapacidad de proponer proyectos televisivos novedosos, modernos, entretenidos, pero también creíbles e inteligentes.

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