El tema de hoy promete: la alimentación de los niños.

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Según la UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, una agencia con sede en Nueva York, Nueva York, dice que la alimentación y nutrición de niños y niñas en sus primeros 2 años de vida deben seguir varios requerimientos para garantizar una salud y desarrollo adecuados. Por consiguiente, las prácticas óptimas de alimentación para los pequeños pueden mejorar los índices de supervivencia ¡de un país! y promover un crecimiento y desarrollo saludables, especialmente durante el período crítico desde el nacimiento hasta los 2 años de edad, dentro del rango de lo que se conoce como los primeros mil días de la vida.

Y es que sí, una alimentación adecuada garantiza el cubrimiento de todas las necesidades de calorías y nutrientes en el niño y una alimentación inadecuada puede generar un déficit de calorías, vitaminas o minerales que juegan un papel fundamental en el desempeño mental y en el proceso de aprendizaje.

¿Qué se debe hacer?

Es importante que la familia mantenga los horarios habituales para tomar los alimentos, tomar agua natural, evitar bebidas azucaradas, moderar el consumo de dulces y golosinas, ingerir ciertas cantidades de lácteos por día, verduras, frutas, cereales, leguminosas y alimentos de origen animal. Pero esto lo sabe todo el mundo, aunque no todo el mundo pueda ponerlo en práctica, o nadie, digo, casi nadie.

Hoy, aquí, en mi pequeño chispazo de tierra en el mar, un niño se levanta y si niño aún tiene más de 7 años, no toma leche, pero sí toma café…

No mucho, ni muy seguido tampoco, pero lo toma. Los pequeños se toman 1 vaso de leche y los otros, miran al hermano goloseando lo prohibido, o lo dividen a la mitad, o le echan más agua o el grande, crece y se hace un gigante y con sus manecitas de hombre fuerte se lleva a la boca un vaso de refresco, o de agua que es más saludable, y ahí mamá eliminó lo de las bebidas azucaradas.

Si hablamos de las meriendas escolares, ahí la creatividad e inventiva se superan, aunque no logren el cometido de la alimentación sana, para nada. La diabetes infantil va tan pegada a niño cubano, como la sombra nos persigue a todas partes. Y diabetes de la buena, de la importada, esa que se produce gracias a las galleticas Can-Can, Rellenitas, sorbeticos de los “buty”, refresco de burbujitas, o chambelonas criollas y los ricos y calenticos croquetones, refritos en grasas saturadas y polynsaturadas.

Al pan de la bodega ya no podemos cargarle la tarea diaria de la merienda, no es confiable, muchos lo fue, tampoco seamos tan exigentes. Los matahambre, dulce rico para pobres, sique siendo rico, pero ya no es para pobres, nunca más se ha visto un bocadito de croquetas económico, o con pasta y ni mencionar al amigo jamón, que ese se rindió hace rato.

¿Cómo hablar de alimentación sana en los niños? Por mucho que una madre trabajadora se lo proponga, no lo lograría sin ayuda externa. Y sí, todas las madres y padres saben que los minerales y vitaminas son importantes en la niñez, ya que su consumo puede hacer la diferencia entre un niño sano y uno con deficiencias en su desarrollo. Pero, solo queda esperar que la evolución haga lo suyo y se adapten o la creatividad se incremente.

Hemos acordado ya que conocemos bien las deficiencias económicas del país, el embargo, la inflación post covid, pero estamos olvidando una parte de la población, la más importante. No quiero ser la nota discordante, pero lo más fundamental de una sociedad son sus niños, porque representan el futuro, la trascendencia, la esperanza. Esos niños, además de las opciones culturales planificadas, sanamente, sin muchos recursos, merecen mayores esfuerzos para una correcta alimentación no trunca a los 7 años, necesitan, requieren buenas meriendas que les consigan sus padres facilitadas por el Estado, no las que importan las MIPYME y aquellos oportunos negociantes visionarios de mercado. También necesitan juguetes, ASEQUIBLES, porque los niños juegan. Pero bueno, hablamos de comida, no formemos arroz con mango.

Y hablando como madre preocupada, ¿puede usted dormir tranquila y saber que la alimentación NECESARIA de su hijo o hija, recae en manos de los ahora nuevos actores económicos y en menor, muy menor medida, de las autoridades?

Si mañana no quieren seguir ejerciendo esa actividad y cierran su negocio ¿qué hago? ¿los obligamos? ¿no sería mejor repensar esta distribución y dedicarle algo más los niños?